viernes, 28 de mayo de 2010

REPORTAJE PERSONAJE


Caminando por la gran ciudad

Más allá de “unos cuantos pasitos”

“Jamás pensé que las palabras se pudieran convertir en tan bella realidad”.

Por: Luisa Fernanda López Monsalve.


Son las 6:00 de la mañana, del 21 de febrero de 2010. El despertador viejo de cuerda suena, una mano sale entre las cobijas dispuesta a darle fin a tan aterrador ruido, aterrador porque no hay nada más dulce que despertarse con el sonido de los pájaros.


Es un nuevo día para el gran caminante Nelo, sus ojos aun nublados por el sueño y la pereza, empiezan a entreabrirse mientras sus brazos tratan de estirarse tan alto como para tocar el techo del cuarto; la mañana, un tanto fría y desolada, le muestra a Nelo que su día de hoy no va a ser lo suficiente corto.


7:15 de la mañana. Su cuerpo aun no asimila el tener que levantarse; pero sus piernas toman la iniciativa. Camina rápidamente hasta al baño, lava su rostro, se quita toda la ropa y abre la llave de la ducha para darse el bañito diario. Después de estar entre diez y quince minutos en la ducha, se seca y se viste; con el cuerpo mas despierto, baja a la cocina, un poco estrecha pero “es lo que el bolsillo puede dar”.


Su desayuno, dos panes con una agua de panela, le dan energías para salir a “batallar las calles” de la gran ciudad, ciudad que Nelo escogió por azar, pero de la cual se ha logrado enamorar en dos días, que desea descubrirla más.


“Llegue a la ciudad hace tres días, ya me habían hablo de ella, pero jamás pensé que las palabras se pudieran convertir en tan bella realidad”. En menos de 72 horas, Nelo ha percibido no toda, pero si una gran parte de la majestuosa ciudad de Bogotá; “he estado en Pereira, Bucaramanga, Buenaventura, Cartagena y Neiva, pero jamás había estado en tan deslumbrante lugar”.
9:00 de la mañana. El sol ya empieza a dar sus primeras pinceladas por el cielo, y Nelo tan solo tiene un objetivo para el día de hoy, poder conocer más y más de este maravilloso lugar. Su compañero de estadía, Whonly, le hace la recomendación que salga ya de la casa, para que de esta manera pueda aprovechar el día que le han regalado para su gran aventura.


Aventura que decidió tomar desde muy pequeño, con la cual ha logrado conocer fantásticos lugares y países; esta es la aventura de caminar por el mundo, de colgarse una mochila y una maleta en la espalda y recorrer cada rincón con tan solo lo necesario, sus pies.

“Mi madre siempre me ha dicho, que nunca imaginó un hijo que moviera los pies tanto como yo, que explotara tanto su bolsillo en calzado y que decidiera recorrer el mundo a pie desde tan joven”. Los recuerdos de Nelo siguen latentes día a día; su madre, sus hermanas y hasta su país (España) le recuerdan cada mañana la lucha que mantiene constantemente, pero también el anhelo de adaptarse y conocer cada rincón de esta ciudad.

10:00 de la mañana. Nelo se encuentra listo para salir, su mochila ya se encuentra colgada en su hombro y sus pies tan solo esperan la “luz verde” para poder empezar con su tarea. El Chorro de Quevedo, uno de los lugares más transitados del centro de la ciudad, se convierte en la primera parada de Nelo. Su compañero de viaje, un acordeón de teclas, le brinda toda la dulzura y todo el deleite para ganarse algo de dinero para su sustento diario.

De pie, en la mitad de la plaza del Chorro, Nelo se dispone a deleitar a todos los transeúntes del lugar. Unas cuantas canciones y su mochila se empieza a llenar de monedas de 100, 200 y 500 pesos, “los billetes aun no se ven a esta hora de la mañana, la mejor hora es en la tarde, ya cuando empieza a caer la noche” comenta Nelo.

Los ánimos de Nelo, van aumentando a medida de que la tarde va trascurriendo. Sus notas son cada vez más dulces, sus manos se despliegan entre las teclas del acordeón, su mente y su cuerpo se entrelazan con el viento y su sentimiento rodea toda la plaza del Chorro.

4:00 de la tarde. Después de tocar un buen tiempo, Nelo decide darse un pequeño paseo por la ciudad, empezando por el centro. Sus ojos maravillados por tanta belleza piden mas y mas; caminando por en frente del edificio de CityTv, sus ojos se detienen al ver tantas luces en la parte superior del edificio, ¿qué hacen arriba? pregunta Nelo a un celador, “ahí es donde graban todos los días un programa del canal CityTv, por el edificio tiene ese nombre”.

Sus pies, ansiosos por conocer más, lo llevan hasta la Plaza de Bolívar, donde Nelo se asombra al ver tantas palomas reunidas, “nunca había visto tanta paloma reunida en un solo lugar, y mucho menos que las personas pudieran alimentarlas tan fácil.

Su camino cada vez se hace más interesante; edificios, gente, casas, montañas, arboles y un cielo azul que lo acompaña. “Esta ciudad es hermosa, sus paisajes, su gente todo es perfecto; lo más bellos son los colores que se juntan en ella”.

El sol de la tarde, se va escondiendo entre las montañas, ya casi es hora de que Nelo retome su labor. 6:00 de la tarde, y Nelo vuelve a subir al Chorro, para deleitar a todas las personas que van llegando, su acordeón está listo para sonar, sus manos dispuestas para tocar y animar a todos los visitantes.

“Esta es la mejor para interpretar mis canciones, las personas disfrutan de cada una de las notas que salen del acordeón y lo mejor es la paga, los billetes se ven en cantidad”.

Siendo las 7:00 de la noche, Nelo se reúne con todos sus compañeros, aunque no lo hacen muy a menudo, reúnen todos los instrumentos para improvisar canciones, hacer gozar a la gente y ganar un poco de dinero. “Las fiestas o parrandones que armamos algunos días son especiales, en ellas regalamos energía y mucha música para que todos y cada uno de los que se encuentran compartiendo con nosotros lo disfrute tanto como nosotros”, comenta Fabio, compañero de Nelo.

Después de unas largas horas de música, sabor y mucha alegría, la plaza del Chorro se empieza a desocupar. Todos los que se encontraban allí desaparecen por grupos, mientras Nelo y sus compañeros terminan de recoger las últimas ayudas voluntarias; Nelo, recoge su acordeón y empaca todo el dinero en su mochila la cual nuevamente cuelga en su hombro.

11:00 y todo se desvanece, sus pies ya están cansados de caminar, y conducen a Nelo rápidamente a la casa. “No quiero mas por esta noche, que descansar, poder recordar todo lo bonito del días de hoy en sueños, para saber que mañana tendré un día un poco diferente al de hoy, pero más interesante que al de pasado mañana”.

“La verdad, no le puedo pedir más a esta ciudad; un lindo paisaje, una linda canción y un lindo sentimiento que me produce poder estar aquí, mis pies no desean más que recorrer todos los rincones posibles, quiero poder tener todos los papeles en orden para lograr quedarme aquí, conseguirme una mujer de aquí y tener mis hijos en esta bella ciudad”.

Son las 12:30 de la noche, todos se encuentran en sus cuartos; Nelo ya se encuentra descansando y anhelando entre sueños, cobijas y cansancio que el día de mañana llegue ya, para poder vislumbrar otro camino más.


sábado, 15 de mayo de 2010

EDITORIAL

Bienvenidos a su casa
Las fantasías de nuestros candidatos
Por: Luisa Fernanda López Monsalve

La incertidumbre crece, las encuestas suben y bajan, los personajes ríen, otros lloran y otros tan solo se aferran a su Santo. San maquillaje, San pantalones, San cerebro; ¿qué sería de nuestro país sin la gran fantasía de nuestros candidatos presidenciales?.

La verdad, el cuento de los candidatos ya me tiene hasta la coronilla, que Juan Manuel Santos no quiere a Noemí, que Petro se sintió porque Mockus no quiere ninguna alianza con él y que el pobre Sergio Fajardo olvidó su infancia en cicla y terminó con la cadera fracturada. Pero si nos ponemos a pensar en el fondo de las cosas, todos estos acontecimientos le dan de comer a muchas personas; es decir, mientras los candidatos se pelean, se dicen cosas, nosotros los periodistas vivimos felices sacando y sacando cuanto acontecimiento cruce por nuestros ojos.

Por un instante, dejaré de hablar de los candidatos más sonados del momento, y pasaré a hablar de los “olvidados”; como son los candidatos Jaime Araujo, Jairo Calderón y por último Robinson Devia. Olvidados no solo porque no han dado de que hablar, si no porque como dirían por ahí “los conocen las mamitas y nadie más”; pero como en este país hay que ser muy recursivos, alguno de ellos tendría que sacar las uñas. El candidato Robinson Devia decidió llamar la atención e igualar a Moncayo aunque no caminará, encadenado a la estatua del Libertador en la Plaza de Bolívar, en una huelga de hambre de tiempo indefinido; a lo mejor el presidente Álvaro Uribe se apiade de él, haciéndole la visitica llevándole fruticas y mucho pan para que continúe con su lucha, mientras Devia aprieta pierna para aguantar sus ganas de ir al baño.

Terminaré hablando del candidato Jairo Calderón y de lo bonito que se vería nuestro país con un sombrero llanero. No sería una mala idea que Jairo Calderón llegase a la presidencia, regalando sombreros llaneros para todos sus trabajadores, que en la casa de Nariño se hagan celebraciones porque si o porque no con música llanera, que nuestra querida Noemí baile joropo con Santos, que Gustavo Petro haga los coros y que Antanas Mockus decore la casa con girasoles.

Al fin y al cabo, todo queda en las fantasías de nuestros candidatos presidenciales.

CRÓNICA CANCION LUIS SILVA

Del prestigio de ser de “sangre azul”.

No más que un sueño de amor

Alberto, entrego todo su corazón al amor de su vida, que ahora se encuentra entre nubes de lágrimas.
Por: Luisa Fernanda López Monsalve.

Mientras el cuerpo de Alberto se encuentra suspendido del límite entre cuatro paredes, su corazón y su mente mantienen viva aquella vieja historia de la cual sus ojos claman olvidarla pero el recuerdo se mantiene vivo en su pensamiento.

Esta no es una novela, y tampoco un cuento de desamor; es una historia real y dolorosa, de la cual se lograran sacar muchas conclusiones así como miles de lágrimas por parte de Alberto, su actor principal.

Alberto, el mejor músico de todo Acacias, ahora se encuentra afligido y encerrado en aquel oscuro lugar, la cárcel; todo por una gran mentira arremetida contra él. Su único sueño, hacer feliz a la mujer que más ha amado.

Vanessa, su gran amor, aquella bella mujer que con su sonrisa y su hermosura natural logro cautivar a Alberto, su historia distinta a las demás historias de amor. Todo comenzó un 15 de abril, cuando Vanessa, aquella bella niña, daría el gran paso que toda niña debe dar; cumpliría sus 15 años. Su padre Don Eduardo, al ver a su pequeña niña ya tan madura, decidió darle la mejor fiesta que se haya podido hacer en todo Acacias.

Don Eduardo era muy reconocido en todo Acacias, recuerda Alberto con extraña maleza; era reconocido, no solo por ser buen padre, también era reconocido por la cantidad de dinero que día a día iba adquiriendo, por estas razones la fiesta que se iba a llevar a cabo en su finca, tenía que ser la mejor.

Todo estaba listo, para que el 17 de abril, se festejara el cumpleaños de Vanessa, en la mente del padre hacer la fiesta más maravillosa y estrafalaria que jamás hayan hecho; en la mente de su hija, el cumplirle a su padre con todos los requerimientos que día a día le da (por el hecho de pertenecer a la clase alta).

Llego el gran día, y todo estaba listo para que en Acacias se celebrara la mejor fiesta, Vanessa estaba lista y su padre se encontraba ansioso de tener en boca de todos esta celebración; como es tradición en el pueblo, antes que nada se da una misa, para darle la bendición a la cumpleañera; siendo la 1:30 de la tarde la fiesta empezó, Vanessa estaba realmente contenta con todo lo que su padre había hecho para este día tan especial. La sorpresa de la tarde, una grandiosa serenata con los mejores músicos de todo Acacias, Vanessa al ver al cantante de esta serenata le sonrió y desde ese preciso momento se enamoro.

Se juraron eterno amor, y con la bendición de dios decidieron unirse. Su amor se consumo, sus cuerpos se juntaron en uno solo, y en el vientre de Vanessa una bella flor se planto. La preocupación aumento, el desespero reino, pero sus almas seguían juntas, ¿qué diría Don Eduardo?, pensaban los enamorados con la esperanza de tener una aceptación.

El día menos esperado llego, pues le vientre de Vanessa creció, su padre preocupado pregunto ¿pero quién te embarazo?, con firmeza Vanessa respondió: “es mi gran amor”, el cantante de la serenata, quien logro enamorarme con sus tonadas dulces y armoniosas. El padre no lo podía creer, su hija no lo podía tener, había que buscar una solución radical, o su reputación se vendría al suelo; ¿qué pensaran en el pueblo? Se preguntaba Don Eduardo, encontrando una sola respuesta, su hija tendría que abortar.

Sin el conocimiento del hecho, el aborto se realizo, Alberto no lograría despedirse de su gran amor, pues en esa hazaña Vanessa murió. La gente preguntó ¿quién fue el causante de este hecho?, Don Eduardo respondió: “fue el novio quien lo causo, sin mi conocimiento lo logro”. Un grito se escucho, ¡a ese hombre hay que castigar!, Don Eduardo lo aprobó y a Alberto se castigo.
Una mentira se condeno, y Alberto pago, su cuerpo sigue encerrado mientras su mente continua recordando aquel hecho tan atroz; por el prestigio de Don Eduardo su gran amor perdió, mientras sus ojos lloran en el cielo se ve, la imagen de Vanessa esperando por él.

CRÓNICA PERSONAJE

Son caminantes y conocedores de nuestra ciudad.

Caminando y haciendo música por las calles de la ciudad

Mientras muchos ciudadanos desconocen la grandeza y la belleza de Colombia, “los caminantes” la descubren y hablan de ella.
Por: Luisa Fernanda López Monsalve

Es un nuevo día en la gran ciudad, cada quien se dispone a comenzarlo a su manera; unos cuantos lo empiezan con un buen café, otros tantos salen muy temprano de sus hogares dispuestos a trabajar bastante en todo el día, pero hay unos que lo comienzan de una manera especial y divertida, anhelando conocer un poco más la ciudad.

Bogotá, lindas palabras que reúnen un gran espectáculo, que día a día abre su telón para cosas nuevas; sus colores son armoniosos, su olor es único, sus voces son solemnes, pero ningún espectáculo logra sostenerse si no hay quien lo conozca, lo admire y lo visite diariamente. Este será el mayor problema de la bella Bogotá, más de la mitad de sus habitantes no conocen completamente su esplendor.

Son las 8:00 de la mañana, Nelo y Whonly se disponen a empezar un nuevo día en esta gran ciudad que los acoge; con una gran diferencia, Nelo y Whonly son visitantes de esta gran ciudad, pero les ha atraído tanto que quieren absorber un poco mas de ella.

Mientras Nelo se ducha, Whonly observa la calle por la pequeña ventana, y observa la cantidad de gente que pasa por enfrente un tanto afanada, acelerada y de mal humor, preguntándose ¿por qué no detenerse un rato a admirar tan bello paisaje?, pero su pregunta queda inconclusa en el aire del cuarto. Uno de los hermanos (como ellos llaman a sus demás compañeros de hospedaje) los llama para que bajen y desayunen todos.

Siendo las 10:00 de la mañana Nelo y Whonly se deponen a salir a trabajar; su trabajo no es un trabajo de oficina, el trabajo de estos dos “exploradores” es caminar, hacer música y caminar un poco más. Nelo procedente de Valencia- España, y Whonly de Italia, son caminantes de esta ciudad, amantes de lo nuevo y grandes conocedores de lo desconocido, estos personajes serian lo que comúnmente denominamos como “mochileros”.

Después de estar caminando un poco por el Chorro de Quevedo, Nelo y Whonly deciden hacer un poco de música, con su flauta traversa y su acordeón de teclas, estos “exploradores” ambientas las distintas calles del Chorro, brindándole armoniosas tonadas que hacen de esta gran ciudad un lugar tranquilo y despreocupado.

Ya casi se acerca el medio día, y hasta el momento no se ve mucho dinero en su maleta; pero la alegría de levantarse, de caminar por tan bella ciudad hace que lo demás se vuelva vano, que su alegría y que su orgullo de estar en esta ciudad llene no solo su maleta, sino también sus corazones. Porque para Nelo y Whonly no hay nada más reconfortante que conocer bellos lugares, y Bogotá ha sido su mayor logro, no solo porque este sea el lugar más fácil al cual ingresa, si no porque su despliegue de cultura, el calor de la gente y el “ambiente familiar” que rodea esta ciudad hace que tanto Nelo como Whonly se sientan en casa.

El sol cada vez va cayendo más y más por las montañas, Nelo y Whonly siguen de pie en aquella esquina, charlando con cada persona que les salude o les brinde su ayuda económica, pero sobre todo, aunque estén de pie en esa esquina siguen conociendo un poco mas de Bogotá. 5:30 de la tarde, hora donde suben más personas al Chorro a extasiarse de la música que allí se interpreta, de las muestras de arte y cultura que allí se dan por una pequeña suma de dinero.

Sus pies, un poco cansados de caminar, su mente llena de recuerdos del día de hoy, su espíritu atónito de tanta belleza que se vislumbro en la ciudad hacen que el día de hoy fuese especial y radiante. Los hermanos de la “casa Rastapan” cuentan sus anécdotas del día, mientras uno de los hermanos calienta la comida para la noche.

Nelo, se dispone a hablar con su familia, mientras a su mente llegan todos los recuerdos de su ciudad y de sus amigos; en el teléfono su hermana, a quien recuerda y extraña; pero es ella quien día a día le da ánimo para continuar en su búsqueda, de la cual Nelo pienso que ya terminado ya que es en Bogotá donde quiere llegar a vivir y compartir. Al terminar la charla Nelo le da unos cuantos consejos a su hermana, quien también se encuentra viajando y caminando, “empieza a ahorrar para que te vengas para Bogotá a ver a tu hermanito”, le dice Nelo a su hermana para despedirse, y recordándole lo mucho que la extraña y la quiere cuelga el teléfono.

Ya son las 9:30 de la noche y todos los hermanos de la “Casa Rastapan” se disponen a descansar; Nelo y Whonly también se dirigen a su cuarto, cansados y agitados acomodan sus largos cuerpos sobre las camas suaves y acolchonadas del cuarto; Nelo es el primero en caer en un profundo sueño, mientras Whonly en su mente, recuerda todo lo acontecido en el día de hoy, pero pensando en lo que les esperar el día de mañana; y mientras sus ojos se cierran, piensa en que el día de hoy no fue muy parecido al de ayer, pero si muy distinto al de mañana… porque así son los días de un gran ”mochilero”.

CRÓNICA RECICLADORES

Los héroes de la basura

“El Faraón del Churrito”

Guillermo Buitrago entre papel, cartón y plástico, rapea para olvidarse de su situación.
Por: Luisa Fernanda López Monsalve.

Esta no es una historia como las demás, es una historia de la cruda realidad que día a día evidenciamos por las calles de la ciudad; que se desata entre cartón, papel, plástico y aluminio. Esta es la historia de “los héroes de la basura”.

Son las 5:30 de la mañana, la ciudad aun se encuentra un tanto desolada, los pájaros aun se encuentran cobijados por el calor de las ramas, los perros están resguardados bajo los automóviles y los habitantes de la ciudad se encuentran placenteramente bajo 3 cobijas de terciopelo; pero hay quienes no gozan de esta dicha.

“Quien madruga Dios le ayuda”, este dicho parece ser muy importante para los habitantes de La Colombianita, quienes madrugan día a día para conseguirse el alimento y el dinero para su sustento diario. “Amor es hora de levantarse”, le dice Yaneth a su esposo Guillermo, dándole unas cuantas palmaditas en su rostro pequeño y redondo; mientras Yaneth calienta el café de la mañana, Guillermo se dispone a darse un baño con agua caliente. Su uniforme de trabajo (un overol color azul) se encuentra listo encima de su pequeña pero acogedora cama, al lado de este su peineta con la que cada madrugada se arregla su cabello corto y su bigote tipo candado que rodea parcialmente su rostro.

“Que Dios y la Virgen te acompañen”, dice Yaneth mientras Guillermo se despide con un gran beso en la mejilla; Yaneth lo despide desde la puerta, observando cómo Guillermo se dirige muy cuidadosamente hacia el pequeño establo donde se encuentra Faraón su compañero fiel de trabajo. Ese pequeño establo está construido del mismo material que día a día Guillermo extrae de las basuras, reciclaje.

Con un silbido, Guillermo llama a Faraón mientras alista su coche o como él lo llama “La Trochera”, porque según Guillermo no lo deja varado en ningún lado. Después de 15 minutos todo está listo para salir a trabajar, y recorrer las calles con su amigo Faraón, para escarbar entre la basura y encontrar esos bellos tesoros con los que sostiene a su familia.

“Todo tiene que hacerse antes de las 6:30 de la mañana que pasa el carro de la basura, este es nuestro primer desafío”, argumenta Guillermo mientras pasa con La Trochera frente al Carrefour de paloquemao ubicado en la Carrera 30 con Calle 19; y aunque muchos no lo crean, es este Carrefour la pared trasera de la casa de miles de habitantes de La Colombianita.

Los tesoros se encuentran ya listo en las calles de la ciudad, para hacerlos más misteriosos las personas los introducen en bolsas negras sin saber el verdadero significado de lo que se encuentra dentro de ellas. Si, esos grandes arrumes de basura que día de por medio las familias acumulan en sus hogares son los tesoros más preciados para estos carreteros, o como vulgarmente se les conoce, zorreros.

Pero son estos carreteros quienes sin el mayor asco buscan entre la basura para recolectar cartón, papel, plástico, y aluminio: Guillermo uno de los miles de carreteros, es un ejemplo a seguir para sus vecinos, no solo es un hombre luchador y trabajador, también es el Presidente de la Junta del barrio, es padre de 5 hijos y esposo a la vez. En sus tiempos libre, Guillermo trata de desarraigarse un poco de esta realidad, y busca entre sus liricas y sus efectos vocales una solución para el problema que los habitantes de La Colombianita tienen que soportar todos los días, y que aunque sus hogares estén rodeados por varias organizaciones que supuestamente desean ayudarlos, estas ayudas aun no se ven por el territorio de La Colombianita.

Guillermo ya está acostumbrado a los insultos que día a día le arrojan los transeúntes ya sea porque si o porque no; pero tanto Guillermo como los demás carreteros podrían ser considerados como “los héroes de la basura”, ya que dedican largas jornadas de trabajo buscando entre las basuras de la ciudad el reciclaje que los sostiene, soportan las altas temperaturas y en muchos casos las lluvias que envuelven la ciudad.

Después de un largo recorrido por las calles de la ciudad, Guillermo y su gran amigo Faraón se disponen a volver a La Colombianita, con su carreta llena de papel y cartón Guillermo no puede ocultar su felicidad e imagina la cara de su esposa Yaneth al ver cuanto reciclaje logro recolectar el día de hoy. Al llegar a La Colombianita, Guillermo se baja de su carreta y abre su gran establo para guardar en el a su amigo incondicional Faraón, a quien deja con comida y agua listos hasta el día siguiente; al entrar a su pequeña casa encuentra a sus cinco hijos y a su esposa Yaneth reunidos en la sala frente a un pequeño televisor, que aunque no es un televisor pantalla plana ni de 21 pulgadas, reúne diariamente a la familia para compartir un rato de distracción entre padres e hijos.

Aunque Faraón o Guillermo no lleven puestos unos calzoncillos rojos o una capa azul, estos y los demás carreteros de La Colombianita serán los “héroes de la basura”, y serán ellos quienes diariamente dedicaran gran parte de su tiempo, de su valioso tiempo, a buscar aquellos grandes tesoros que los demás desechan pero que para ellos significan su sustento diario, por su familia y la lucha por un nuevo resurgir.

domingo, 11 de abril de 2010

martes, 6 de abril de 2010

CRÓNICA SEMANA SANTA

Se rezaba y no era por la Semana Santa

¿Quién es Mateo?

La familia de Anita recrea su propio viacrucis.
Por: Luisa Fernada L}opez Monsalve.

“Es como… la verdad no sé como explicárselo; es ya una enfermedad del pulmón”, dice la médica a los familiares de la señora Ana o como las enfermeras la llaman: Anita, mientras su hija Rosa Stella espera un respuesta más concreta por parte de la médica de tez negra y sombras moradas.

Jueves 1 de Abril, cuarto día de Semana Santa, en donde comúnmente las familias destinan esta semana para salir de paseo, o en el mejor de los casos se disponen a tener una semana de tranquilidad y reconciliación con Dios. Anita y su familia tienen su propio viacrucis; en la mañana Anita se encuentra lucida y contesta varias preguntas que sus hijos y nietos le hacen, ¿Quién es Mateo? Le preguntan, rápidamente y con una sonrisa responde: el perro; en la tarde su ánimo y sus ganas de continuar en este mundo se van escapando por las ventanas y por la puerta, mientras sus hijos con oraciones y suplicas le piden a Dios que la guarde un tiempo más con ellos.

Guillermo, segundo hijo de Anita, enciende la televisión, en la pantalla la misa que día a día transmite el canal Teleamiga; en su cabeza se rebobinan varios recuerdos con su madre Anita, la iglesia desde la cual se está transmitiendo la misa trae a su mente y sus ojos un recuerdo alegre del tiempo en el cual Anita estaba tan fuerte como un roble, tan feliz como niño en el parque y tan consiente como cualquier otro ser que desease quedarse por mucho tiempo en la Tierra.

Mientras algunas familias disfrutan de esta semana visitando los diferentes monumentos e iglesias del país, la familia de Anita se aferran a una virgen colgada en la pared en frente de la camilla y a un rosario de pepas cafés con un Cristo en la punta, el cual Anita mantiene aferrado a su pecho con su mano izquierda.

lunes, 5 de abril de 2010

CRÓNICA PALABRAS

Las galletas también caminan

“El señor de saco azul”

Algunos se cortan con vidrios, mientras otros pocos se cortan con el popo de un perro.

Por: Luisa Fernanda López Monsalve.

Señor “métale la chancleta” a este bus, grita el hombre de bigote negro, camisa blanca, saco azul y gafas de marco café; golpeando fuerte mente el vidrio en señal de desespero, mientras unos pocos pasajeros lo siguen gritando “si, si, si “. Pero, mientras el alboroto continua, en la mente de Ana sigue rondando la expresión dicha por el señor de saco azul “métale la chancleta”, ¿cómo podrá un señor meterle la chancleta al bus?, piensa Ana; que manera más particular para referirse al afán que lleva el señor de saco azul. Acaso, no podría ser más sencillo pedirle al señor conductor del bus que por favor conduzca un poco más rápido, a que le “meta la chancleta”.

Ana continua en su viaje por el centro de la ciudad, en un bus con un letrero que dice: Muzu, Centro, Germania, Cll 3, Santa Isabel.; sus ojos un tanto cansados, se disponen a reposar un poco, mientras su cabeza empieza de adelante hacia atrás, hasta que encuentra un punto estable: el vidrio. Su mente se esparce un poco, mientras se ocupa de escuchar un fondo de palabras, la conversación que llevan los muchachos de la parte trasera del bus disipan un poco su sueño.

“Parce, mire esa galletita que está ahí parada” dice uno de los muchachos, mientras el otro le responde “ayyyy que se parta esa galleta Waffer”, Ana un poco desconcertada, levanta la cabeza, y con sus ojos un tanto perdidos, trata de fijar el punto al que los muchachos llamaron ”galleta Waffer”, al momento de encontrarlo se da cuenta que tan solo es un hombre, con una camiseta ajustada al cuerpo, con gafas de sol, un jean apretado y unos zapatos muy coloridos; lo que comúnmente llamamos como gay para los jóvenes es una “galleta Waffer”. ¿Qué parecido le podrán encontrar a un galleta waffer y a un gay?, se pregunta Ana, dejando esta pregunta en el aire, como burbuja de agua y jabón, para quien la quiera totear.

Sus ojos juegan a abrirse y cerrarse rápidamente, mientras sus manos toman la bolsa blanca de manijas verdes para que no caiga al suelo, de repente un ruido la despierta rápidamente, su mente aun no se familiariza con ese sonido, “señorita le está sonando el celular” le dice muy amablemente su compañero de puesto, Ana le sonríe y saca ligeramente el celular; en la pantalla aparece: mami llamando, muy presurosa contesta, no olvides el punto de encuentro, le dice su mamá.

Mira hacia la ventana, y ve un letrero de letras verdes que dice Carulla, en ese momento recuerda que es aquel Carulla de letras verdes el punto de encuentro con su Mamá, “me timbra por favor” grita Ana por el bus, mientras toma en su mano derecha la bolsa blanca de manijas verdes y en su mano izquierda su maleta azul.

Por fin, después de un largo paseo en bus, se encuentra con su mamá; mientras Ana la toma de la mano su mamá le grita “Ana cuidado te quemas”, desconcertada Ana mira para todos lados sin encontrar algo que la llegase a quemar, su madre le dice: mira al suelo, Y Ana tan solo ve el popo de un perrito, mira a su mamá y le pregunta ¿con esto me iba a quemar?, su madre un poco agitada responde: ¡claro que sí!, y como dice tu tío Pablo te hubieras podido hasta “cortar”. Ana continua caminando de la mano con su mamá y en su mente aun sigue rondando el popo del perro y la expresión de su madre, ¿cómo podrá cortar o quemar el popo de un perro? se pregunta Ana sin encontrar respuesta.

Tan solo se da cuenta que su mamá no quiere que “se queme o corte con el popo del perro”, los jóvenes ya no se quieren comer las galletas Waffer por que las ven caminando por la calle y que el señor de saco azul aun espera que el señor conductor le “meta la chancleta” al bus.

martes, 23 de marzo de 2010

CRÓNICA CLASE

Es todo por hoy "muchachos de Dios"

Armando Fiesta

Mientras unos escuchan atentamente al Profesor, yo dibujo con mi lápiz en un papel.

Por: Luisa Fernanda López M.

Clase de redacción… me gustaría tanto adornarla con flores y festones, regalarle una peluca y una nariz de payaso al Profesor para que me divierta un rato.

Pero aquí estoy, sin flores ni un payaso, sentada al lado de Wendy, pensando en que momento va a sonar “la campana”, bueno en este caso no sería una campana (en la universidad no suena la campana) más bien esperando el momento en que el Profesor diga:“Es todo por hoy “muchachos de Dios”.

Mientras tanto, mis oídos están puestos sobre el Profesor, TEMA DEL DIA: La Crónica, NIVEL DE ATENCIÓN: lo necesario para que el profesor se sienta escuchado. Mi mente anda merodeando por el cielo, mientras mis manos van plasmando huellas, aros y un nombre sobre un pedazo de papel (una carta para mi novio), en este momento no hay nada mas en que pensar.

“Enciendan sus monitores” dice el Profesor, en cuanto yo me imagino a Wendy encendida (monitora de la clase), chascarrillo de momento que solo puedo entender yo. El silencio del salón es interrumpido por el Profesor, que como raro regaña nuevamente a Camila, pero como ella ya es “grande” se defiende abriendo sus ojos verdes como manzana de árbol, reprochando lo dicho por el Profesor.

El Profesor se dispone a darnos el trabajo del día, el sueño y la pereza van dejando la sala, y cada uno de los estudiantes se dispone a cumplir “con la labor del día”; en este caso realizar una pequeña crónica, pero antes de empezar a redactar el Profesor nos lee un ejemplo de crónica, su tema se basaba en los nuevos estudiantes y sus sueños, sueños que se cumulan en “la esfera de sueños de Inpahu”.

Mientras Sonia pone la letra mínima para que el Profesor no lea lo escrito, Wendy se despliega en “un tratado”, y yo con mi lápiz y papel comienzo a plasmar mis ideas. “Apaguen sus monitores” dice el Profesor, y nuevamente nos lee otra crónica, esta vez sobre buses.

Gritan: son las once, son las once, y todo regresa a mi cuerpo, las alas del cuaderno se extienden para resguardarse nuevamente en la maleta, mi lapiz guarda su mina; la boca del Profesor se agranda y en camara lenta, recortadas una por una de una revista, salen las letras que componen la tan anhelada frase "Es todo por hoy muchachos de Dios".

El Profesor pidió que redactáramos una crónica, Y ESTA ES LA MIA.

"Pesca Milagrosa"